Quiero, ahora que entre en tu mundo, que sea conmigo con quien sueñes y que al recostarme en tu cama no encuentre otro olor que no sea el mío. Que te acostumbres a mi perfume más que al mismo aire que respiras, y me extrañes como yo, a toda hora.
Quiero, también, tenerte dentro todo el tiempo. Sentir tu fuerza, tu poder en mi. Expresarnos nuestro amor en cuerpo y en alma, pertenecernos eternamente en la oscuridad, en la luz, en el aire. Que nuestra historia sea algo atemporal.
Que la pasión nos consuma en las noches de tormenta, y los gritos de placer suenen fuerte, más fuerte que cualquier otro sonido aterrador. Porque con vos todo es así: placentero, exquisito. Con vos no hay lugar para la muerte ni el dolor.
Y me siento caminando entre una finísima línea apenas perceptible: Entre el cielo y el infierno, así siempre me encuentro con vos. Que me das y me quitas ese veneno tan necesario, delicioso que me mata y me hace vivir.
Y siempre quiero más. Más vida, más de vos.