No me pidas piedad, cuando nunca la tuviste. No me pidas discreción, ni coherencia. No me pidas nada, ya dejé de ser.
Ya no soy tu nena hermosa, ya no soy la puta triste ni la suicida frustrada. Nunca fui nada de lo que más quisiste, nunca fui demasiado para vos, me dejé seducir por un juego macabro de adicciones, de idas y vueltas que jamás debió ocurrir. Y hoy estas muy dentro de mi, tan dentro como un puñal que se revuelve una y mil veces y sangra, y no deja de sangrar.
No me pidas compasión, no me pidas que te deje, si yo necesitaba tenerte cerca y nunca lo estuviste.
Tu disciplina y diplomacia, tu orgullo desmesurado se me han contagiado. Explicaciones no necesito por extrañarte tanto.Me llenaste de amor propio y de odio hacia vos. Y esta vida es tan absurda, te lo tengo que contar nada me satisface, todo me hace mal. Ya no como ni respiro soy tan solo un vegetal, hermoso y obsesivo quiero siempre un poco más.Y que pena amor mío que hoy ya no estés acá para observarme, decadente, mientras no me dejo de elevar.